“Maramureș: tradiciones e historias”

A partir del 5 de julio y hasta el 15 de agosto se expondrá en la sede del Instituto Cultural Rumano de Madrid la exposición “Maramureș: tradiciones e historias”. Estructurada en dos secciones, una fotográfica y otra etnográfica, la exposición nos presenta un universo rural auténtico, encantador por su sencillez y sus tradiciones.

La exposición de fotografía*, concebida por el Centro Regional para la Conservación y la Promoción de la Cultura Tradicional “Liviu Borlan” Maramureș, nos invita a un viaje visual en el mundo del pueblo de Maramureș, reuniendo en imágenes fiestas, costumbres, quehaceres, artesanías, retratos, antiguas iglesias de madera, paisajes con pajares y otros elementos que ofrecen identidad cultural a Maramureș.

En la exposición etnográfica, el Museo Regional de Etnografía y Arte Popular Maramureș saca del baúl del ajuar objetos de gran valor y los presenta de un modo poco convencional, con un impacto visual garantizado. Elementos de ropa tradicional –cămeși (camisas), șorțuri (delantales), zadii (delantales bordados), poale (dobladillos), clopuri (sombreros), brâuri (cintos)– al lado de piezas del universo doméstico – șterguri (toallas), cerge (mantas), perini (almohadas), lepedeuri de rudă (sábanas)– demuestran la fineza del arte tradicional, la minuciosidad del trabajo manual y la apreciación de los valores ancestrales.

Quien ya conoce el pueblo específico de Maramureș se alegrará de volverlo a encontrar. Quien no lo conoce estará encantado de descubrirlo y, nos atrevemos a decir, de maravillarse por una bella sencillez, llena de significado, que caracteriza estos lugares.


* Las historias contadas en imágenes de: Felician Săteanu, Mihai Ian Nedelcu, Costas Dumitrescu, Ovidiu Grovu, Călin Andra, Cornel Hlupină, Robert Kovacs, Gheorghe Petrilă, Sorin Onișor, Ionel Onofraș, Karin Lachner, Gabriel Motica, Rada Pavel y Vasile Timur Chiș.


“Maramureș: tradiciones e historias”

6 de julio- 15 de agosto ( 10.00-16.00)/entrada libre

Instituto Cultural Rumano

Inauguración: 5 de julio a las 19:00h


Organizadores:

ICR Madrid

Asamblea Provincial de Maramureș

- Museo Regional de Etnografía y Arte PopularMaramureș

- Centro Regional para la Conservación y la Promoción de la Cultura Tradicional “Liviu Borlan”

Embajada de Rumanía en el Reino de España


El distrito de Maramureș abarca entre sus fronteras cuatro «países» o zonas etnográficas: El País de Maramureș, El País de Lăpuș, el País de Chioar y parte del País de Codru. Los criterios de reconocimiento son varios, pero a primera vista sabes de qué «país» son las personas por el traje que, con orgullo, llevan.

El País de Maramureș –El Maramureș del Voivodato– se distingue por las camisas femeninas con escote cuadrado alrededor del cuello, marcado por una refinada decoración y por volantes de encaje tejidos por las mujeres. Si bien algunas piezas del traje popular han ido cambiando en función de la moda, hay una pieza que sigue siendo igual que hace cientos de años: trăistuța (el bolso).

El País de Lăpuș se define por la camisa con «pecho» (ciupag), la camisa que parece sacada de la Columna de Trajano, pieza de traje popular que se ha conservado aquí y en los Montes Apuseni. La camisa masculina, aunque pueda parecer sencilla a primera vista, es de una elegancia singular gracias a esos mismos adornos discretos del cuello y de los puños de la camisa que ofrecen al que la lleva una distinción especial. El traje popular del País de Chioar se encuentra entre los primeros puestos en lo que a elegancia se refiere. Los múltiples motivos dispuestos en las zonas clave de la camisa, hechos mediante las técnicas más complejas del bordado y elaborados en exclusividad con algodón blanco, le confieren una especial elegancia.

La zona del Codru nos ofrece una refinada camisa femenina. Las más antiguas poseen una intrincada decoración hecha con algodón rojo y negro, exclusivamente con motivos geométricos. Más tarde, se adopta del País de Oaș la camisa con canesús que trae la novedad de la decoración del încreț (frunce). La camisa masculina, más conservadora, permanece blanca, con decoración blanca y con pequeños puntos de color en el cuello doblado hacia fuera que apareció después de la segunda mitad del siglo XX.