El año 1989 fue decisivo en la historia más
reciente de Europa. El sistema comunista se reveló, finalmente, como un coloso con pies de barro. La difícil situación económica, sumada al creciente descontento social y las continuas protestas masivas, abrieron una brecha en el Telón de Acero. En apenas un año empezó el
rápido proceso de democratización de todo el antiguo bloque soviético.
Aquellos momentos dinámicos, llenos de entusiasmo, inseguridad y nuevos
retos, fueron inmortalizados en Polonia, Rumanía y Checoslovaquia por varios
fotógrafos que retrataban los turbulentos cambios en las calles y los centros
de la oposición. Un lugar destacado lo ocupan los reportajes sobre la situación
en Polonia de Chris Niedenthal, ganador del premio World Press Photo en 1986. Sus fotos siguen siendo obras de
referencia para cualquier publicación sobre la época. También en Checoslovaquia
y en Rumanía hubo muchos fotógrafos, cuya obra constituye un valioso testimonio
de la realidad de los días de la transición hacia la democracia, a la que está
dedicada esta exposición.
La exposición ha sido presentada este año por primera vez en Alcalá de
Henares y ha formado parte de la 21-a edición del Festival Internacional de
Fotografía PHotoESPAÑA.
Lugar: Reial Cercle Artistic, Institut Barcelones d´Art Barcelona,Carrer de Casanova, 117, 08036 Barcelona
Periodo: 19.09. 2019 – 10.10.2019
Inauguración: 19 de octubre de 2019
Horario: Lunes a Domingo, de 10:00
a 14:00 z de 15:00 a 22:00
1989: Bucarest - Fotografías de Florin Andrescu
Flashback es un mosaico en blanco y negro de la historia reciente de Rumanía. Las
fotografías presentan, desde una perspectiva exenta de prejuicios, el turbio
ambiente previo a la situación que llevaría al derrocamiento del régimen
comunista, así como los contrastes que marcaron la vida cotidiana del periodo
1989-1990, y sobre todo las restricciones y prohibiciones de todo tipo que
después de décadas de terror hicieron que “la polenta explotara” (polenta
–gachas de harina de maíz, consumidas en los pueblos en lugar de pan),
expresión que gritó un revolucionario desde el balcón del Teatro de la Ópera de
Timișoara, la ciudad donde se encendió la chispa de la Revolución Rumana.
Además del aislamiento específico de todas las dictaduras totalitarias,
el de Rumanía usaba también la pobreza extrema. Para representar la vida
cotidiana de aquellos tiempos, son emblemáticas las imágenes de las
interminables colas, formadas desde el amanecer, para obtener los alimentos
básicos necesarios para la supervivencia (pan, leche, aceite, azúcar, etc.);
alimentos que se distribuían en pequeñas raciones. El racionamiento de los
alimentos (así como el de la energía eléctrica, térmica y el combustible) se
impuso a toda la población como una medida opresiva, aunque, obviamente, todo se
hacía para el bien del país, “alentada” de esta manera a vivir “más sano” y a
generar ahorros por el bien de la patria. Estas drásticas privaciones
contribuyeron al crecimiento sin precedentes de las exportaciones y a la
iniciación de proyectos faraónicos. El adoctrinamiento se realizaba desde la
guardería, porque cada persona tenía “la responsabilidad” de contribuir a la
prosperidad del país y a cantarles odas a los “amados líderes”.
Las fotografías seleccionadas muestran escenas reales, imágenes de lo más
diversas, desde mercadillos y rastros al aire libre a enlodadas calles de las
ciudades en construcción, desde niños sin techo (drogadictos de los años 90 que
consumen sustancias alucinógenas) a grupos de pequeños “Halcones de la Patria”
(en rumano Şoimii Patriei –una organización comunista de Rumanía para los niños
de 4 a 7 años, fundada en 1976 siguiendo el modelo del movimiento “Octubrista”
de la Unión Soviética), desde trabajos en fábricas y horas extras a favor de la
comunidad a hoteles de lujo y lugares de diversión para turistas extranjeros,
desde comidas en cantinas de fábricas a vacaciones en balnearios, desde ferias
y campamentos de gitanos al ejército, desde tabernas hasta camas de hospitales,
etc. No faltan las manifestaciones centradas en el culto de la personalidad y
las obras para el acondicionamiento de las construcciones urbanas (un verdadero
desastre para el patrimonio arquitectónico, en muchos casos arrasado por
completo), verdaderos modelos de arquitectura de inspiración soviética. En este contexto, la revolución del 89 se produjo como una liberación de
un régimen coercitivo que había transformado a todo el país en un gran campo de
concentración comunista.
Florin Andreescu. Nacido
en de 1962, es fotógrafo, cineasta, editor.
Durante los años 80 y a principios de los 90, Florin Andreescu documentó
la vida cotidiana de los rumanos, desde un enfoque personal, inmortalizando
escenas típicas de aquellos tiempos difíciles, a través de fotografías que no
se podían enseñar y publicar en aquellos tiempos, cuando la censura era muy
estricta y la “denigración de la realidad socialista” se castigaba con penas de
prisión.
Todas estas instantáneas se publicaron en la prensa posterior a 1990 y
se incluyeron en los dos álbumes Flashback, publicaciones de gran éxito, que se
han reeditado en varias ocasiones. Este mismo año se publicará el tercer
volumen de la serie Flashback. En los últimos diez años, estas imágenes se han
presentado en varias exposiciones, tanto en Rumanía como en el resto de Europa.
“En la primera parte de mi vida no tuve ningún sentimiento narcisista.
Solo tuve la revelación del tiempo y de la época en que tuve que vivir. Creo
que de esta manera podré hablar con más facilidad sobre la vida de los años 80
y 90 del siglo pasado”. Florin Andreescu
Comisarios: Miroslawa
Kubas-Paradowska, Maria Floarea Pop y Stanislav Škoda
Organizan:
Instituto Polaco de
Cultura;
Instituto Checo;
Instituto Cultural Rumano;
Consulado General de la
República de Polonia en Barcelona;
Consulado Honorífico de la
República Checa en Barcelona;
Consulado General de
Rumanía en España.
Bajo los auspicios de:
La Comisión Europea;
Reial Cercle Artistic,
Institut Barcelones d`Art;
Embajada de Rumanía en el
Reino de España.