Elena VĂCĂRESCU, también conocida por el seudónimo Hélène Vacaresco (21 de septiembre de 1864, Bucarest - 17 de febrero de 1947, París) fue una escritora, poeta y traductora rumano-francesa, la primera mujer rumana en convertirse en miembro honorario de la Academia Rumana y que fue galardonada dos veces con el premio de la Academia Francesa. Con una intensa actividad política y literaria en París, tuvo una historia de amor con el príncipe heredero Ferdinand von Hohenzollern-Sigmaringen (que iba a convertirse en el rey Fernando I). Nació un día como hoy, hace 158 años.
Por parte de su padre, era descendiente de una larga línea de boyardos válacos, incluyendo a Ienăchiţă Văcărescu, el poeta que escribió la primera gramática en rumano. Por el lado de su madre, desciende de la familia Fălcoianu, un grupo prominente de la época del príncipe Miguel El Valiente ("la familia de la que desciendo era una familia de intelectuales de Rumanía del pasado. Mi madre también pertenecía a una antigua familia de nobles, presente en todas las antiguas crónicas de Valaquia"). Pasó la mayor parte de su juventud en una finca cerca de Târgovişte y recibió una buena educación.
Siguió estudiando en París, donde conoció a Victor Hugo. Asistió a cursos de poesía dirigidos por Sully Prudhomme. En 1886 publicó su primer poemario, “Chants d’Aurore”. Y en 1888 conoció a la esposa del rey Carlos I de Rumanía, Isabel de Weid, que la tomó bajo su protección y la ayudó a publicar “Le Rhapsode de Dâmboviţa”, con historias del folclore rumano. Tuvo que abandonar el país porque el heredero al trono quería casarse con ella, pero no podía ser según la Constitución rumana.
Se instaló en París y en 1925 se convirtió en miembro de la Academia francesa. Escribió novelas, obras de teatro y sus memorias. Ha traducido al francés las obras de poetas rumanos como Lucian Blaga, Mihai Eminescu, Octavian Goga, George Topîrceanu, Ion Minulescu y Ion Vinea.
Justo antes de su muerte, Văcărescu fue miembro de la delegación rumana encabezada por Gheorghe Tătărescu a la Conferencia de Paz de París en 1947, al final de la Segunda Guerra Mundial.
Murió en París el 17 de febrero de 1947 y fue enterrada en la Cripta de la familia Văcărești en el cementerio de Bellu. En su testamento dejó la mayoría de los activos de la familia Văcărești a la Academia rumana.