La novela La cruzada de los niños, situada en un plano épico, propone una visión totalizadora de la sociedad rumana contemporánea y representa, tanto en el plano estilístico, como en el plano conceptual, una de los mayores logros de la prosa actual. Con una construcción compleja, que se desarrolla en múltiples planos narrativos, La cruzada de los niños ofrece una visión única y alucinante de un mundo contemplado siempre desde múltiples perspectivas, adoptando entre ellas, al menos durante un periodo determinado de tiempo, la mirada inocente de los niños. Sintetizando en nueve visiones los grandes mitos de la civilización contemporánea, reinterpretándolos con un arte notable, La cruzada de los niños describe un universo vivo, abierto a un mundo dominado por los medios de comunicación y la era virtual, sin perder por ello de vista los detalles de la naturaleza con el fin de darle autenticidad a la multitud de personajes que pueblan este universo.
La novela La cruzada de los niños no puede definirse con una sola fórmula, sino que se impone, más allá de cualquier intento de definirla, como la más válida y más coherente visión narrativa del mundo actual.
La cruzada de los niños nos ofrece un retrato alucinante, único, de un mundo cuyos referentes han sufrido una transformación radical. Esta novela-cascada describe un universo vivo, abierto a la imagen de una sociedad dominada por los medios de comunicación y el espacio virtual, a la vez que reinterpreta los grandes mitos de la civilización contemporánea. Un texto lúcido que presenta una nueva perspectiva no sólo de Rumanía, sino del planeta entero.
Diría que nos encontramos ante el talento innato más extraordinario que ha dado la literatura rumana posterior a la Revolución de diciembre de 1989, un talento para el que la escritura es una forma de vida sencilla, natural, una necesidad personal cotidiana, silenciosa –no pública, histriónica, extravertida, sobreexcitada, tediosa - Stefan Borbély
