Aforismos

· Lo que regalo yo es alegría pura. Contemplad mis trabajos mientras los veis. Los que están cerca de Dios los han visto.· Cuando dejamos de ser niños, estamos ya muertos.· Las obras no son difíciles de hacer, lo difícil es entrar en el estado de hacerlas.· El cuerpo humano es hermoso sólo en la medida en que refleja el alma.· Recuerdo siempre: ¡no me habrías buscado si no me hubieras encontrado desde hace mucho tiempo!…· Lo que tú estás uniendo aquí en la tierra – se está uniendo también en los cielos.· Yo considero que siempre uno tiene él mismo la culpa de todo lo que le está sucediendo.· El trabajo es la cosa más estúpida, más bien una vía y un medio. Sin embargo ni siquiera Dios se libró de él.· Cavando sin tregua fuentes interiores di con el manantial de la vida sin vejez.· Así es el arte: juventud sin vejez y vida sin muerte.· Nada se levanta a la sombra de los majestuosos árboles.· ¡Mis esculturas son mis vírgenes!…; ¡Se están preparando como para la boda!…· Amo todo lo que se levanta.· ¡Yo no he buscado, en toda mi vida, que la esencia del vuelo! El vuelo… ¡qué felicidad!…· Yo no estoy creando Pájaros - sino vuelos.· Creer cual Demiurgo, mandar cual Rey, trabajar cual Esclavo.· La proporción interior es la última verdad inherente a absolutamente todas las cosas.· Mis estudios son ocasiones de la meditación.· Yo, con lo nuevo que es mío, vengo de algo antiquísimo…· No podemos alcanzar nunca a Dios – pero el coraje de viajar hacia él sigue siendo importante.· Debes intentar constantemente querer muy alto, si quieres poder ver muy lejos… Y vale la pena hacer todo, con la esperanza de poder entrar un día en el reino de las esferas elevadas.· Ninguna energía moral se pierde, en vano, en el Universo.· Antes que te compres una casa, cómprate los vecinos.· El sol es el gran curandero; sin embargo, el sol del amor lo aventaja.· No estaremos nunca lo bastante agradecidos ante la tierra que nos ha dado todo.· Di yo también algunos pasos en la arena de la Eternidad.· Quien no fue bello a los veinte años, fuerte a los treinta, rico a los cuarenta y sabio a los cincuenta, ya no puede ser ni bello, ni fuerte, ni rico; ni tampoco filósofo.· Yo quise levantarlo todo más allá de la tierra.· Nunca me he propuesto asombrar al mundo – ¡por un disparate!… He reflexionado sencillamente, así como veis, y he llegado a algo también sencillo, terriblemente sencillo: a una síntesis que sugiera lo que quiero representar. He llegado a rescatar del bronce, de la madera y del mármol, aquel diamante escondido, lo esencial.· El arte debe librarse de sentimentalismo – igual que el narcótico religioso.· La obra de arte debe realizarse como un crimen perfecto – sin manchas y sin huellas de su autor.· El arte no hace más que empezar continuamente.· Los elementos de mi Columna Infinita no son otra cosa que el Aliento humano, su propio ritmo.· La Columna Infinita se parece también a una planta exótica con la cual quieren soñar (eternamente) los adolescentes. O bien al propio péndulo del tiempo, volteado.· La Columna Infinita es la negación del Laberinto. · Yo no hago otra cosa que empujar los confines de las Artes aún más hondo en lo desconocido.· Locos están los que consideran abstractos mis trabajos; lo que piensan ellos ser abstracto es todo lo que puede ser más realista, ya que lo real no significa la forma exterior, sino la idea, la esencia de las cosas.


by Constantin Brâncuşi (1876-1957)