en Zornotza Aretoa de Amorebieta-Etxano (País Vasco)
El mercader de tiempo
de Matei Vişniec
Estreno absoluto en el Teatro Nacional «Vasile Alecsandri» de Iaşi (Rumanía)
Audio, escenografia y dirección artística – Ovidiu Lazăr
Reparto:
Liviu Dorneanu – Doru AftanasiuMarieta – Livia IorgaSr. Galbinski – Horia VeriveşLa recepcionista – Oana SanduClotilda – Catinca TudoseEl hombre que vende tiempo – Petru CiubotaruBruno – Daniel BusuiocLa madre o la vieja señora – Monica Bordeianuy
Andreea Boboc
Cristina Bodnărescu
Maria Câmpean
Duración: 2 h y 15 min.
Obra en rumano con subtítulos en español.
Matei Vişniec, además de ser él mismo un exiliado, es uno de los pocos dramaturgos importantes de Europa del Este que contempla en sus textos -y sobre todo en El mercader de tiempo- lo que verdaderamente piensan los que decidieron en algún momento dejar el país de origen para buscarse la vida en otro. Desde este punto de vista la dicha obra es una metáfora viva del exilio interior. El autor narra la historia de Liviu Dorneanu, un hombre maduro, casado y con hijos que, al encontrar en su buzón de correos un anuncio raro, decide ponerse en contacto con un tal Sr. Helfer, gerente de una empresa peculiar que se dedica a vender y comprar Tiempo. De allí en adelante, el protagonista se deja llevar por un juego de renuncias y redescubrimientos: deja su pasado y abandona a su familia, o prácticamente los vende, para encontrarse a sí mismo. O al menos es lo que él cree...
La obra tuvo un destino interesante ya que el dramaturgo la había escrito inicialmente en francés, en 1991, para la compañía «Théâtre le Jodel» de Aviñón y por varios motivos el texto nunca se montó. Tuvo que esperar 17 años para que un teatro nacional de Rumanía lo diera a conocer por primera vez al público rumano. Matei Vişniec, autor rumano asentado en Francia desde 1987, confiesa que la historia de El mercader de tiempo es la suya propia, con lo cual es bastante personal ya que la búsqueda y las cuestiones relacionadas con la vida, el instante y la muerte -que aquí se ponen de manifiesto- son pensamientos que no han dejado de preocupar al autor.